domingo, 17 de febrero de 2013

Los ojos amarillos de los cocodrilos, de Katherine Pancol




Katherine Pancol


Desde que en 2006 Katherine Pancol revelara a Francia Los ojos amarillos de los cocodrilos no ha dejado de conseguir éxitos. En breve la cota de ventas alcanzó el millón y las traducciones se multiplicaron. A nuestro país llegó en 2010 causando furor en bibliotecas y librerías.

Desde entonces ha pasado algún tiempo y hoy podemos disfrutar de dos novelas más que completan la trilogía: El vals lento de las tortugas y Las ardillas de Central Park.





"¡Cric y Croc se comieron al gran Cruc, que creía poder

 comérselos!"

Cubiertas de la trilogía de Katherine Pancol

  
ARGUMENTO Y PERSONAJES


La novela comienza con un punto de inflexión tanto para la protagonista como para quienes la rodean y su transcurso pretende desmadejar ese ovillo de conflictos personales a través de la superación. Algunos salen victoriosos de ese enredo de emociones y otros no, pero todos luchan por conseguir sus sueños, madurando unas veces y otras degradándose como individuos.


Joséphine se ve abandonada por su marido, Antoine, cuando descubre que éste mantiene una relación sentimental con Myliene, una empleada del centro de belleza que frecuentaba. De repente Jo, frágil y débil, debe enfrentarse a la situación de sacar adelante sola a sus dos hijas, Hortense y Zoé, y recuperarse anímicamente de la traumática ruptura amorosa.


El mundo de Joséphine está salpicado, además, por una serie de personajes que se encuentran a disgusto con sus vidas y anhelan la felicidad que la rutina o ciertos intereses no les dejan alcanzar. En este punto somos testigos de cómo el entusiasmo por lograr sus metas choca con el conformismo y las ataduras y, tras librarse la batalla, unos salen vencedores y otros vencidos por el peso de sus actos. 


Iris, la hermana guapa y triunfadora de Joséphine, siente que su matrimonio con Philip, un abogado de éxito, hace aguas debido a una supuesta infidelidad de éste y al recuerdo perpetuo de ella de un amor de juventud. Alexandre, el hijo de ambos, sabe que las cosas no van bien y se apoya en Zoé, su prima más joven, con la que comparte confidencias.


Herriete, la madre de Joséphine e Iris, se encuentra sin saberlo en mitad de un triángulo amoroso formado por su segundo esposo, Marcel, un empresario hecho a sí mismo y bien situado en el terreno económico, y Josiane, su secretaria.


Shirley, la vecina y amiga íntima de Jo, esconde un gran secreto familiar que le obliga a abandonar su identidad y a refugiarse con su hijo Gary en un obligado mundo de mentiras.

La señora Barthillet y su hijo Max se encuentran en una situación de desahucio y deben hacer frente a sus problemas monetarios de una manera inminente.


Así, Pancol propone un plantel de personajes creados con retazos de estereotipos muy reconocibles y los interrelaciona para poner de manifiesto el mensaje de la novela, que no es más que el canónico “los buenos ganan y los malos pierden”. Los “buenos” se mueven por los dictámenes del corazón y los “malos” por el plano material; sin embargo, la autora premia el propósito de enmienda dejando un poso de incertidumbre en aquéllos  que son piadosos a medias.



"Cuando hayas identificado ese miedo, ese miedo que 

es el origen de todos los demás, entonces ya no tendrás

 ningún miedo y, por fin, te convertirás en ti mismo"
 


NARRACIÓN Y ESTILO


El ritmo narrativo de la obra es bueno en general, exceptuando algunos momentos hacia la mitad de la historia en los que resulta algo tediosa la lectura por la linealidad del desarrollo de todos los conflictos. Además, en ocasiones Pancol echa el freno en el avance para ser descriptiva en escenas que no necesitan contextualización porque no aportan demasiado al relato e interrumpen ese buen ritmo.


Estos pequeños vaivenes en el conjunto, sin embargo, se ven compensados con el tono empleado por la autora, que sabe combinar a la perfección el drama con el humor, provocando en más de un momento instantes tan risibles que el contraste con el acento general de la novela se ve eclipsado y eso hace que se relaje la tensión argumental, lo que es de agradecer. ¿Y cuál es la receta de los elementos cómicos que pincelan la historia? Muy simple... la cotidianidad, es decir, el empleo de reacciones anímicas y comportamientos tan humanos que conmueven la empatía del lector sin importar las aspiraciones personales, la clase social o los propios perfiles psicológicos. 


Sin embargo, Pancol transmite su relato de vidas entrecruzadas con múltiples narradores, que van variando de una primera persona a una tercera muchas veces sin sentido. Este empleo desconcierta al lector porque no se atisba ningún fin concreto con ello y deja huérfana a la historia de unidad y uniformidad narrativa.



LO MEJOR


Sin duda, lo mejor de la novela es el argumento. Una trama repleta de prototipos que se relacionan entre ellos y que en muchas ocasiones consigue ser divertida y fresca, profunda y sentimental. El trasfondo de superación personal, además, puede conmover al lector mostrándole a través de la ficción lo importante de las buenas acciones para llegar a la felicidad. Un clásico vestido de modernidad en la sociedad actual.



LO PEOR


Efectivamente, se puede considerar como lo peor de la obra el plano narrativo.  El uso tanto de estilo directo como indirecto a veces incluso dentro de las mismas oraciones, la mutación indiscriminada del tipo de narrador o el ritmo lento provocado por sucesos banales demasiado descriptivos, desmerecen y distraen la lectura.



CONCLUSIÓN 


Como decíamos, ésta es una novela a ratos fresca y a ratos profunda que, pese a las carencias narrativas y de unidad de conjunto, puede llegar a atraer al lector hasta que se ve desvelado el final, un final quizá demasiado improvisado y tan poco trabajado, que deja lagunas en los relatos de algunos personajes.


Web oficial de Katherine Pancol

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