Desde que en 2006 Katherine Pancol revelara a Francia Los ojos amarillos de los cocodrilos no ha dejado de conseguir éxitos. En breve la cota de ventas alcanzó el millón y las traducciones se multiplicaron. A nuestro país llegó en 2010 causando furor en bibliotecas y librerías.
Desde entonces ha pasado algún tiempo y hoy podemos disfrutar de dos novelas más que completan la trilogía: El vals lento de las tortugas y Las ardillas de Central Park.
"¡Cric y Croc se comieron al gran Cruc, que creía poder
comérselos!"
Cubiertas de la trilogía de Katherine Pancol |
ARGUMENTO Y PERSONAJES
La novela comienza con un punto de inflexión tanto para la
protagonista como para quienes la rodean y su transcurso pretende desmadejar
ese ovillo de conflictos personales a través de la superación. Algunos salen
victoriosos de ese enredo de emociones y otros no, pero todos luchan por
conseguir sus sueños, madurando unas veces y otras degradándose como
individuos.
Joséphine se ve abandonada por su marido, Antoine, cuando
descubre que éste mantiene una relación sentimental con Myliene, una empleada
del centro de belleza que frecuentaba. De repente Jo, frágil y débil, debe
enfrentarse a la situación de sacar adelante sola a sus dos hijas, Hortense y
Zoé, y recuperarse anímicamente de la traumática ruptura amorosa.
El mundo de Joséphine está salpicado, además, por una serie
de personajes que se encuentran a disgusto con sus vidas y anhelan la felicidad
que la rutina o ciertos intereses no les dejan alcanzar. En este punto somos
testigos de cómo el entusiasmo por lograr sus metas choca con el conformismo y
las ataduras y, tras librarse la batalla, unos salen vencedores y otros
vencidos por el peso de sus actos.
Iris, la hermana guapa y triunfadora de Joséphine, siente que
su matrimonio con Philip, un abogado de éxito, hace aguas debido a una supuesta
infidelidad de éste y al recuerdo perpetuo de ella de un amor de juventud.
Alexandre, el hijo de ambos, sabe que las cosas no van bien y se apoya en Zoé,
su prima más joven, con la que comparte confidencias.
Herriete, la madre de Joséphine e Iris, se encuentra sin
saberlo en mitad de un triángulo amoroso formado por su segundo esposo, Marcel,
un empresario hecho a sí mismo y bien situado en el terreno económico, y
Josiane, su secretaria.
Shirley, la vecina y amiga íntima de Jo, esconde un gran
secreto familiar que le obliga a abandonar su identidad y a refugiarse con su
hijo Gary en un obligado mundo de mentiras.
La señora Barthillet y su hijo Max se encuentran en una
situación de desahucio y deben hacer frente a sus problemas monetarios de una
manera inminente.
Así, Pancol propone un plantel de personajes creados con
retazos de estereotipos muy reconocibles y los interrelaciona para poner de
manifiesto el mensaje de la novela, que no es más que el canónico “los buenos
ganan y los malos pierden”. Los “buenos” se mueven por los dictámenes del
corazón y los “malos” por el plano material; sin embargo, la autora premia el
propósito de enmienda dejando un poso de incertidumbre en aquéllos que son piadosos a medias.
"Cuando hayas identificado ese miedo, ese miedo que
es el origen de todos los demás, entonces ya no tendrás
ningún miedo y, por fin, te convertirás en ti mismo"
es el origen de todos los demás, entonces ya no tendrás
ningún miedo y, por fin, te convertirás en ti mismo"
NARRACIÓN Y ESTILO
El ritmo narrativo de la obra es bueno en general,
exceptuando algunos momentos hacia la mitad de la historia en los que resulta
algo tediosa la lectura por la linealidad del desarrollo de todos los
conflictos. Además, en ocasiones Pancol echa el freno en el avance para ser
descriptiva en escenas que no necesitan contextualización porque no aportan
demasiado al relato e interrumpen ese buen ritmo.
Estos pequeños vaivenes en el conjunto, sin embargo, se ven
compensados con el tono empleado por la autora, que sabe combinar a la
perfección el drama con el humor, provocando en más de un momento instantes tan
risibles que el contraste con el acento general de la novela se ve eclipsado y eso
hace que se relaje la tensión argumental, lo que es de agradecer. ¿Y cuál es la
receta de los elementos cómicos que pincelan la historia? Muy simple... la
cotidianidad, es decir, el empleo de reacciones anímicas y comportamientos tan
humanos que conmueven la empatía del lector sin importar las aspiraciones
personales, la clase social o los propios perfiles psicológicos.
Sin embargo, Pancol transmite su relato de vidas
entrecruzadas con múltiples narradores, que van variando de una primera persona
a una tercera muchas veces sin sentido. Este empleo desconcierta al lector
porque no se atisba ningún fin concreto con ello y deja huérfana a la historia
de unidad y uniformidad narrativa.
LO MEJOR
Sin duda, lo mejor de la novela es el argumento. Una trama
repleta de prototipos que se relacionan entre ellos y que en muchas ocasiones
consigue ser divertida y fresca, profunda y sentimental. El trasfondo de
superación personal, además, puede conmover al lector mostrándole a través de
la ficción lo importante de las buenas acciones para llegar a la felicidad. Un
clásico vestido de modernidad en la sociedad actual.
LO PEOR
Efectivamente, se puede considerar como lo peor de la obra el
plano narrativo. El uso tanto de estilo
directo como indirecto a veces incluso dentro de las mismas oraciones, la
mutación indiscriminada del tipo de narrador o el ritmo lento provocado por sucesos
banales demasiado descriptivos, desmerecen y distraen la lectura.
CONCLUSIÓN
Como decíamos, ésta es una novela a ratos fresca y a ratos
profunda que, pese a las carencias narrativas y de unidad de conjunto, puede llegar
a atraer al lector hasta que se ve desvelado el final, un final quizá demasiado
improvisado y tan poco trabajado, que deja lagunas en los relatos de algunos
personajes.
Web oficial de Katherine Pancol |
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