miércoles, 11 de abril de 2012

La soledad de los números primos, de Paolo Giordano








La soledad de los números primos es una novela que sorprendió al público italiano en 2008 y lo sigue haciendo en el resto de países desde entonces. Galardonada con el premio literario Strega y traducida a 23 idiomas, ha dado fama y reconocimiento a su joven autor, Paolo Giordano, que con sólo 26 años y una titulación en Física, ha conquistado las librerías y el afecto de sus nuevos seguidores.


Paolo Giordano
“Estaban unidos por un hilo invisible, oculto entre mil cosas de poca importancia, que sólo podía existir entre dos personas como ellos”


La trama hilvana las historias paralelas de los protagonistas -Alice y Mattia- desde su infancia, una época marcada por el peso de la opresión familiar y unos tristes acontecimientos que vivirán con ellos y forjarán sus destinos. Esto es lo que les une y lo que les separa. Como le sucede a los números primos gemelos, hay una barrera infranqueable entre ellos que fija la secuencia de sus vidas y les confiere un techo de soledad.

Éste es un relato de sentimientos profundos encontrados en el que se dan cita los grandes temas de la humanidad. El amor como conjunción entre afinidad y comprensión que hace que se unan Alice y Mattia pervive en el tiempo y en el espacio como un sustento intangible que alimenta la esperanza hacia la felicidad y endulza la resignación del aislamiento confinado por el destino. El odio a uno mismo como consecuencia de una disconformidad personal producida por el transcurso de los acontecimientos es el reflejo propio proyectado en la figura del otro, que queda materializado en la autodestrucción física alentada por el secreto que cada uno guarda celosamente y que les pesa y condiciona en sus relaciones vitales. Ambos, amor y odio, giran en torno al eje central del destino que, como ya decíamos, inunda los sentimientos y la razón de los protagonistas (como el símil con los números primos gemelos) e invade el espíritu del lector, previniéndole del tácito desenlace que ha sido escrito.

“Las decisiones se toman en unos segundos y se pagan el resto de la vida”

Otro aspecto primordial en la novela es la importancia de las decisiones y cómo éstas pueden variar el rumbo de los acontecimientos aunque el final ya esté marcado per se. Así, para Giordano, estas decisiones tomadas en momentos fugaces, irreflexivos, encierran secretos inconfesables que desencadenarán en hondos malestares y arrepentimientos para Alice y Mattia,  que asumirán la culpa conscientes de que no habrá cura. 

El diseño de personajes es medido y meditado en todo momento, ya que toda la historia relata la psicología de los protagonistas y las relaciones y circunstancias que les unen y les distancian. Aparentemente débiles y fuera de las convenciones sociales, encuentran cobijo el uno en el otro a través de rasgos comunes. Mattia es inteligente y está dotado de un cerebro analítico del mundo en la esfera matemática, al tiempo que tiene serias dificultades para establecer relaciones sociales debido a un trágico suceso derivado de una de esas efímeras decisiones tomadas en su infancia. Alice soporta el peso de la autoridad paternal desde los primeros años de vida, lo que deriva en una rebeldía hacia la norma impuesta y en la actuación no madura de una breve decisión que culmina en un triste hecho que asolará y condicionará su trayectoria vital. Los paralelismos entonces son obvios entre estos dos jóvenes que en un momento dado son atraídos por el destino a través de sus trágicas historias personales. 

Atendiendo al orden formal, Giordano no emplea filigranas literarias ni experimenta con recursos de estilo ni tampoco ésta es su pretensión. Su lenguaje es llano y asumible por todos llegando incluso al extremo de lo ordinario en algunos momentos, lo que contrasta sobremanera con los instantes de cavilación en el plano sentimental de los personajes, que son profundamente humanos y tiernos. Asimismo, la narración sintética, el uso de elipsis temporales y la intensidad de las acciones de los personajes hacen de ésta una lectura dinámica en la que avanzan con premura los sucesos evitando el hastío y el aburrimiento del receptor; y éste es un punto a favor.

 
Entrevista a Paolo Giordano en Página 2 (4 de abril de 2009)

CONCLUSIÓN: Con todo, se puede decir que La soledad de los números primos es una novela intimista, sentimental y humana basada en la tragedia de dos personas que se acercan y se alejan obedeciendo al destino, que les confiere un estado de soledad irremediable. Ésta es una historia de perdedores (en el sentido más heterogéneo) que anhelan lo que no ha sido y se aferran el uno al otro para encontrar ese pequeño punto de equilibrio que les hace salir de su asilamiento. 

LO MEJOR: Sin duda, lo mejor de la novela es el tono de empatía que puede llegar a transmitir en ocasiones, creando posiblemente una sensación de compasión en el lector, que está condenado -como los personajes- a leer el triste final escrito para ellos. 

LO PEOR: En mi opinión la novela lleva el sello de una opera prima en el aspecto formal, por lo que no existe un estilo propio ni tampoco concurren detalles de personalidad que definan en este sentido al autor. Además, la casi ausencia de elementos cómicos o por lo menos simpáticos (sobre todo en la segunda mitad) y el acopio sistemático de contenidos dramáticos crean una sensación de asfixia que podría haberse suavizado con episodios de distensión.

Escena de la adaptación al cine de la novela
CURIOSIDADES:

-          Paolo Giordano desconocía la existencia de los números primos gemelos antes de escribir la novela y consultó en Wikipedia este concepto en el que se basó para dar vida a Mattia y Alice.

ADAPTACIONES CINEMATOGRÁFICAS:

-         -  La solitudine dei numeri primi (2010) dirigida por Saverio Costanzo.





sábado, 7 de abril de 2012

Africanus. El hijo del cónsul, de Santiago Posteguillo.



El tema de la novela es la IIª Guerra Púnica, librada entre el 218 a. C. y el 201 a. C., que puso en pugna por segunda vez a Roma y Cartago, las dos potencias que se disputaban la hegemonía en el Mediterráneo Occidental.

El argumento arranca con la conquista de Hispania por parte de la familia Barca, quienes desean esquilmar sus recursos para iniciar la guerra contra Roma. Pocos años después el liderazgo del contingente púnico en la península recaerá sobre Aníbal, quien iniciará la que se considera una de las mayores proezas militares de la historia. Al mismo tiempo un pequeño patricio crece en el seno de la aristocracia dirigente en Roma sin saber que muchos años después la preparación intelectual y militar recibida le servirá para enfrentarse al temible Aníbal.

La trama alterna cuatro historias cruzadas sobre el mismo asunto, conformando el mosaico de antagonismos que da lugar a la tensión dramática y emocional más allá del choque físico de la guerra. Aparte del seguimiento de Aníbal Barca y P. Cornelio Escipión la historia de ambición política de Fabio Máximo servirá de catalizador del conflicto interno para los Escipiones. El contrapunto y generador de más de un momento de distensión, necesario para que tanta batalla no acabe por anestesiarnos, es la figura de Tito Macio, más tarde conocido por el cognomen de Plauto. La primera impresión recibida tras la lectura de los primeros capítulos es correcta; es más, es excesivamente correcta. El meticuloso juego planteado por los roles anteriormente descritos de tensiones y distensiones cumplen su cometido perfectamente, dejando casi siempre al final del capítulo ese punto de intriga de todo buen libro comercial. Pero el evidente, aunque cuidadísimo, entramado hace pensar que no nos hallamos ante un escritor de raza, sino más bien ante un meticuloso y hábil urdidor de historias que consigue plena y satisfactoriamente su objetivo no tanto como un Aníbal, sino como un Fabio Máximo, contemporizando. Ésto hace que la sensación en los primeros embites literarios del libro parezcan un producto un tanto enlatado, producto más de un manual de estructura literaria que de la inspiración. Sin embargo el buen hacer de Posteguillo y todas sus argucias y efectismos argumentales hacen que esta sensación se vaya diluyendo al son del impresionante diseño de personajes.

Publio Cornelio Escipión el Africano.
El diseño de personajes toma como base a Tito Livio, Polibio y Plutarco, fuentes histórico-literarias de toda la historiografía posterior en torno al tema. En la Roma de la intriga política es donde Posteguillo halla su auténtica dimensión, luciendo un minucioso y preciso diseño en alguno de sus personajes, sin apenas resquicio alguno e imbrincado plenamente en una trama que hace avanzar la historia al ritmo de la dialéctica a tres bandas. El mejor ejemplo de este cuidado es Fabio Máximo. Sin embargo resulta evidente la carencia de definición del gran general cartaginés, que resulta demasiado plano, con una vaga motivación de sed de venganza contra los opresores de su patria que ni siquiera el autor se molesta en desarrollar. Más allá de ésto, escasos son los momentos de aproximación emocional al personaje. En cambio, Publio Cornelio Escipión se sitúa en las antípodas, lo que a efectos de identificación con el héroe no viene mal, pero la obra queda descompensada, coja; es como si Aníbal fuera la excusa para el duelo de antagonismos entre Fabio Máximo y los Escipiones. Hay que hacer una mención especial al duelo dialéctico entre los centros de poder romano, entre una familia allegada a la cultura helenística y la introducción de las novedades culturales, y la otra, que utiliza un nacionalismo purista no exento de exclusión y xenofobia hacia todo lo "no romano". En cualquier caso, bien por el retrato de las facciones del patriciado romano, con interpretaciones muy próximas a lo que históricamente debió suceder.
El estilo es llano y directo; asequible y ordenado, como corresponde a un libro comercial que pretende abarcar el máximo mercado posible. Es decir, no hallaremos excesivas fligranas retóricas pero sí las palabras adecuadas y más que correctas para narrar exactamente lo que se desea.


En la documentación histórica luce con brillo propio el empeño por justificar cada una de sus interpretaciones y el buen hacer a la hora de recrear no sólo el ambiente más adecuado sino también el más fidedigno. En la bibliografía final la nota sobre Robert Graves y Gore Vidal es toda una declaración de intenciones, hasta el punto de llegar a incluir alguna que otra novela histórica en la lista, junto a Livio o Plauto. En definitiva un sobresaliente en este aspecto para el autor, pues las imprecisiones y hechos poco creíbles son más fruto de una necesidad dramática que de desconocimiento. Me viene a la memoria el ejemplo del primer asalto contra Cartago Nova, en el que sólo el general (y un centurión que ni siquiera participaba en el combate) percibe que luchar bajo los muros significa hacerlo bajo la desventaja de cientos o miles de saetas y jabalinas. Es un recurso que Posteguillo explota sabiamente y crea la tensión de la incertidumbre, las dudas sobre la capacidad del general y, para cuando se abate sobre el lector la sensación del "todo está perdido", solucionar con un golpe de efecto la situación, y a través de la conversión de los mismos legionarios que antes dudaban de su líder ahora darse la apología del héroe. En el caso descrito la realidad hubiera llevado a todos los legionarios (veteranos de años en Hispania) a ver, muy probablemente antes que el mismo general, que luchar bajo los muros era una locura. O lo que es lo mismo, Posteguillo tergiversa lo que probablemente sucedió sólo con fines narrativos y dramáticos. Y no le queda mal.


Lo peor de la novela: trama excesivamente encorsetada y por lo tanto en parte previsible. El poco análisis de motivaciones de Aníbal, quien resulta plano y poco atractivo. Un estilo que no embauca por su calidad literaria, sino por su precisión.

Lo mejor de la novela: el diseño de personajes romanos, como el protagonista o Fabio Máximo. La inteligente urdimbre política en torno a estas figuras y los hechos que se suceden. Añadiré además que el pormenorizado análisis del amanecer de Plauto, personaje muy mimado por el escritor pero que a algunos quizá les ralentize el ritmo de la narración, a mí personalmente me ha encantado. El exhaustivo análisis historiográfico para intentar reproducir unos hechos, no sólo militares, que destilan buen hacer.

Conclusión: una novela muy entretenida e inteligente, lo que no es poco para ser dos adjetivos que rara vez se ven juntos hoy en día. No posee altos vuelos de alción pero es más que correcta, y aunque uno de los personajes principales está desdibujado todos los demás valores harán la delicia de más de un aficionado al género.