miércoles, 19 de diciembre de 2012

El tiempo entre costuras, de María Dueñas

 










Tal y como se indica en su portada un fenómeno literario de más de dos millones de lectores. Con esta compañía la joven Sira comienza una epopeya personal que la llevará desde una situación de endeudamiento y sospecha delictiva por parte de la policía a prosperar en el mundo de la alta costura en el protectorado español en Marruecos. De esta forma consigue rehacer su vida, y merced a los contactos con la aristocracia y alta burguesía de otros países comienza a ver todo un mundo de alta política y emoción más allá de sus vestidos con la guerra civil española y la 2ª Guerra Mundial de fondo.

María Dueñas.
Un argumento de superación en el difícil contexto expañol de postguerra en su colonia marroquí que ha hecho seguir con emoción a cientos de miles de personas la conversión de su protagonista de víctima y deshauciada a heroína entre las filas secretas de los aliados. Sin lugar a dudas una historia interesante, escrita con una prosa elegante y en algunos casos especialmente inspirada. En otros en cambio, especialmente manida, tanto como alguna que otra situación de conflicto emocional de la joven modista. El enamoramiento por parte de Sira del apuesto reportero inglés en visita al protectorado está plagado de situaciones, recursos trasnochados y párrafos idénticos a los que podríamos hallar en miles de novelas rosas, lo que hace menguar a ojos vista la calidad literaria que en un primer momento se le puede suponer y que de hecho da muestra la autora en otras lides.

"Ambos éramos conscientes de que el día más inesperado él tendría que irse, de que su presencia en mi mundo no era más que un tránsito provisional. A pesar de esforzarme por deshacerme de ellas, las cicatrices que me dejó Ramiro tenían aún forma de costurones; no estaba preparada para volver a sentir el desgarro de una ausencia. [...] Pero yo me esforcé por amarrar mis sentimientos; me negué a avanzar más y él lo aceptó. [...] preferí quedarme con los recuerdos de los momentos memorables que juntos pasamos en aquellos días alborotados e intensos."

Entre sus virtudes está el diseño de personajes, como la protagonista, con una motivación muy clara, potente y sin fisuras: la supervivencia tras un desastre emocional y económico en un país que no es el suyo. De hecho esta motivación le sirve a María Dueñas para alargar los intereses de Sira hasta más allá de la mitad de la novela tranquilamente.

Otro de los grandes aciertos es la inclusión de personajes con un marcado registro diferente al de los demás, como en este caso Candelaria la matutera. Aquí la autora da muestras de su genio literario haciendo alarde de algo tan de sentido común (y por lo tanto tan inusual) en la novela de hoy en día como es la polifonía. Probablemente porque haga falta talento para que el recurso surta el efecto deseado, y en este caso surte, surte.

"[...] como me pille guarreando con el pescado, me lleva al cuartelillo y me cruje el hato".

Tetuán durante el protectorado español.
Destacar quizá como defecto que en el tranquilo transcurrir de la trama el desarrollo de la novela se torna precisamente eso, demasiado tranquilo. Una vez asentada nuestra protagonista en realidad no hay suficiente intensidad dramática en su situación hasta casi el planteamiento de la conclusión como para animar la lectura con un conflicto claro. El único quizá la visita del apuesto reportero inglés y ya he comentado lo que me parece. Es decir, una vez Sira alcanza su objetivo está falta de otros conflictos durante una gran extensión de la novela, en la que la autora se dedica a realizar una especie de labor costumbrista o simplemente naif de su vida en el lugar durante mucha más extensión de la aconsejable para unos párpados abiertos y atentos. Eso sí, esta parte le sirve para sentar las bases y los personajes de la conclusión del libro.

Lo peor de la novela.

Sin lugar a dudas situaciones y párrafos como el más arriba consignado, que sin duda podrían contenerse sin desmerecer en cualquier novela de Corín Tellado (con todos mis respetos hacia Corín Tellado) hace bajar muchos enteros un producto que podría haber prescindido de los derroteros de la cursilería. Así mismo un desarrollo demasiado extenso sin problemas a la vista puede hacer suponer acertadamente al lector tras cien páginas que bien podría concluir la historia si no surge algún conflicto.

Lo mejor de la novela.

Recursos polifónicos en algunos personajes que se vuelven emblemáticos a golpe de talento. Una prosa en general muy elegante y sumamente cuidada que en ocasiones deleitará al buen aficionado de la literatura. Personajes muy sólidos, empezando por la protagonista.

Conclusión.

Una buena novela, con buena historia y bien escrita, que generalmente no defraudará a nadie, aunque eso sí, con ciertos inconvenientes ya comentados que le restan algunos enteros.

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